En un mundo cada vez más anestesiado emocionalmente, necesitamos del circo más que nunca. Es un faro de luz en la oscuridad, una pausa en la monotonía, que nos recuerda la importancia de sentir, soñar y conectar con nuestras emociones más profundas. El circo es el camino que abre la puerta a nuestra imaginación, a nuestra alegría, donde el imposible en nuestros ojos se convierte en realidad. En un contexto donde la tecnología nos aísla y la rutina nos duerme, el circo nos invita a vivir el presente con intensidad, a experimentar la maravilla de la emoción humana en su estado más puro.
El circo es refugio, alimento y latido. Es el abrazo que nos reconforta y nos recuerda que la vida es un espectáculo digno de ser celebrado en cada momento.
Eternizando momentos. Una mirada a través del objetivo de la cámara siempre es diferente, como un viaje único hacia la captura de momentos efímeros y emociones palpables. En cada imagen encuentro una nueva perspectiva, una nueva forma de ver y entender el mundo que me rodea, recordando que la magia reside en los ojos del observador y en la capacidad de la fotografía para eternizar instantes huidizos.
Tània Sala.
"El circo es refugio, alimento y latido."
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